||Desearía que fueras para siempre. ||

miércoles, 16 de noviembre de 2011

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Lo necesitaba, necesitaba poder pensar, y recapacitar todo lo que está pasando, estar un rato a solas, con el sonido de las olas del mar llegando a la orilla, sentada en lo alto de la caseta del vigilante de la playa. Estaba oscuro, muy oscuro, apenas podía diferenciar los relieves de los objetos, pero me sentí bien.
Sentía miedo, por el silencio rotundo que había, pero al mismo tiempo, estaba tranquila.
En cuestión de un segundo, noté unas lágrimas deslizándose sobre mis mejillas, no sabía el porqué de ellas, pero necesitaba llorar, y eso hice, lloré como nunca lo había hecho y no me importó, esas lágrimas me sirvieron para estar más tranquila conmigo misma, no hicieron desaparecer los problemas que tenía en la mente, pero me ayudaron a saber poner la sonrisa día a día delante de mis amigos de verdad.

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